viernes, 16 de septiembre de 2016

El Móvil y la Escuela

Por Esteban G. Santana Cabrera
Estamos inmersos en un proceso de cambio social y educativo, influenciado en gran parte por el desarrollo de los medios tecnológicos y de comunicación. Darle la espalda a las redes sociales y a los avances tecnológicos es darle la espalda al mundo. Todavía nos encontramos a gente que no tiene móvil como mi primo Pepe que cuando tiene que hablar con alguien o preguntarle cómo está, llama por teléfono o se acerca a visitarlo. Buenas costumbres que se han ido perdiendo y que han sido sustituidas por un pequeño mensaje, un audio o a lo sumo un pequeño vídeo ya sea por whatsapp, facebook, messanger, google o las infinitas aplicaciones que existen hoy en día.
El otro día estaba sentado en una cafetería y había cuatro personas en otra mesa, todas ellas estaban conectadas al móvil y, en silencio, sin despegar la vista del teléfono, se tomaban sus respectivos cafés. Estamos entrando en lo "cuasipatológico", y estamos haciendo un uso del móvil que ya tiene patología asociada, la nomofobia, o lo que es lo mismo, el miedo a no tener el teléfono a mano o no poder consultarlo. Hay un programa denominado Desconect@ que ha realizado un estudio sobre el uso del móvil entre la población entre 10 y 60 años y nos aporta dos datos interesantes. Uno, que la mayoría de las personas dormimos con el móvil encendido, y otro, que el porcentaje de veces que  miramos el móvil a ver si tenemos mensajes es mayor entre más jóvenes son los usuarios. El uso del móvil llega a crear adicciones, sobre todo entre la juventud por ello debemos realizar un uso responsable del mismo y si cabe, no perder las buenas maneras de antaño. Y aquí puede decir mucho la escuela, porque el uso del móvil tiene mucho de positivo. El programa Click que se está implementando en Canarias a través de la Fundación Canaria Yrichen y que está desarrollando en colaboración con otras entidades del estado español, directamente involucradas en la materia y denominada RED CLICK, trata de concienciar sobre las nuevas tecnologías, que han traído consigo muchos beneficios, pero también efectos nocivos y su parte negativa. Por ese mismo motivo, la fundación canaria Yrichen, con la ayuda de otras ONGs y varias instituciones, ha impartido varias acciones en algunos centros educativos para tratar de poner coto a sus riesgos entre la población infantil.
Hay otro proyecto, Alumnos Ayudantes TIC, que consiste en un programa piloto que trata de formar como mediadores a alumnos de 3º y 4º de la ESO a través de charlas sobre habilidades de comunicación básica, conocimientos profundos alusivos al volcado de datos de carácter privado en la red y el fomento del respeto hacia uno mismo y los demás en las redes sociales. La idea pasa porque estos jóvenes, ya adiestrados, ejerzan de intermediarios ante cualquier tipo de conflicto o problema que pueda surgir entre compañeros de cursos inferiores, haciendo labores propias de mentores. Este programa que ha comenzado en Telde, ya se está ampliando al resto de la isla.
 Entre el profesorado también nos encontramos con docentes "antiTic", que les llamo yo, y otros que están abiertos a ir introduciendo las nuevas tecnologías, incluso el móvil, poco a poco en sus aulas. La Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo publicó un estudio denominado El uso de los teléfonos móviles, las aplicaciones y su rendimiento académico en los alumnos de la DES DACI, realizado por Beatriz Herrera Sánchez, Gisela Aquilea Diez Irizar y María de los Ángeles Buenabad Arias de la Universidad Autónoma del CarmenEn sus conclusiones apunta que la mayoría de los estudiantes llevan un teléfono en su mochila a clase y los usos de los Smartphone pueden convertirlos en herramientas educativas con sus aplicaciones, ya que son fuente de información, de aprendizaje y actitudes que ofrecen la posibilidad de innovar la metodología educativa. 
Este mismo artículo hace referencia a Patten y Sánchez, que hacen una recopilación interesantísima de los campos educativos en donde se puede utilizar el móvil dependiendo de las aplicaciones que se activen. Por un lado, y según apuntan estos autores, están las Aplicaciones Administrativas, destinadas a la administración y gestión en el centro educativo, por ejemplo, la consulta de notas y el control de asistencias. Las Referenciales, son aquellas aplicaciones relacionadas con la búsqueda de información sobre contenidos formativos, de consulta on-line, por ejemplo, los diccionarios, libros electrónicos. Las Interactivas son aplicaciones que facilitan la interactuación y la posibilidad de obtener una retroalimentación, como pueden ser los juegos, las simulaciones. Las aplicaciones Recolectoras, aquellas que ayudan a almacenar datos que permiten estudiar una realidad, generar conocimientos y reflexionar, por ejemplo, sobre datos científicos. Las Situacionales,  aplicaciones que posibilitan que el alumno haga uso de los conocimientos o realidades en un contexto determinado, por ejemplo, si está en un museo. Por último las Colaborativas,  son aplicaciones que favorecen la comunicación y la interacción comunicativa del alumno, motivándolo al aprendizaje y la resolución de problemas, con la metodología cooperativa, haciendo uso, por ejemplo, de las redes sociales. 
No reconocer la importancia que tienen las aplicaciones móviles en la sociedad actual es ponerse una venda en los ojos, pero no reconocer que el móvil o cualquier aplicación móvil puede ser una herramienta educativa, a mi entender es dar la espalda a la Educación del S XXI. Por ello debemos estar preparados para su uso y la escuela debe llegar a ser el espacio ideal para que aprendamos a usarlo dependiendo del ambiente en el que nos encontremos.


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